¿De qué te sientes culpable como mamá?
¿Hay veces que te invade un sentimiento de ser una mala madre?
¿Te sientes insuficiente para poder darles lo que te gustaría?
¿Crees que a veces eres dura contigo misma?
Todas nos hemos sentido culpables alguna vez en la relación con nuestros hijos. Queremos tantas cosas buenas para ellos y ser suficientes en tantos aspectos que cuando no nos sale o la circunstancia es justo todo lo contrario nos sentimos las responsables de todo. A veces queremos ser tan súper mamás y darles tanto que nos encontramos con nuestras propias limitaciones como el tiempo, la paciencia, el dinero, la madurez emocional, intelectual, etc. Y al no cumplir nuestras altas expectativas nos invade el terrible sentimiento de culpa que además por si fuera poco, tiene tantas consecuencias negativas en la relación contigo misma y con tus hijos. El que siente culpa buscará pagar su culpa y eso nos lleva a dinámicas poco sanas.
Sin embargo no es que la culpa sea un mal sentimiento, de hecho es adecuado en la medida que nos hable tocando la puerta interior con un “toc,toc” usted está haciendo algo que va en contra de sus valores. Es un aviso de falta de integridad con uno mismo. Sino sintiéramos culpa seriamos psicópatas que no tienen ningún remordimiento ante su conducta. En realidad, el problema es el manejo que tenemos y lo que hacemos con ella. Llega toca a tu puerta y voltea la casa de cabeza despertando partes de nosotras llenas de miedo y dolor.
Existen dos tipos de culpa, la culpa sana y la culpa tóxica. En la culpa sana te das cuenta que eso que hiciste te hace sentir mal. Tiene la función de modificar y hacer cambios, ya sea de conducta o un cambio de idea, una manera de ver una situación. Te pongo un ejemplo; Te sientes culpable porque no tuviste tiempo para adornar la famosa calaverita de noviembre de la escuela de tu hijo, Llegaste a la escuela a recogerlo y observas que pusieron exhibidas en la puerta de la entrada todas las calaveritas decoradas de sus amigos con chaquiras, encajes, bordados y que muchas mamás se pasaron días en este trabajo. Tú quieres que te trague la tierra de ver tu decorado de bolitas de papel que hiciste con prisa. Te sientes la más avergonzada y la peor de las mamás que no tuvo tiempo de hacer esta actividad con su hijo.
Cuando vives culpa sana, te percatas de este sentimiento y te permites sentirlo, aceptas que te hubiera gustado dedicar más tiempo al tema pero que has estado en varias cosas, que no puedes exigirte tanto, respiras profundo y aceptas tu circunstancia y hasta te das un apapacho con empatía.
La culpa sana también te permite observar que estás siendo dura contigo misma y poder cambiar esa idea de que lo tienes que hacer todo perfecto o te ayuda a poner atención en algún tema que se te está escapando con tu hijo. Cuando vivimos la culpa validamos nuestra emoción, la aceptamos, observamos con objetividad nuestra circunstancia, somos empáticas con nosotras mismas, revisamos creencias, conductas y hacemos un plan de cambios.
¿Cómo sería el panorama cuando sentimos culpa tóxica? La historia se construiría así; Llegas a la escuela y observas la citada calaverita y cuando ves a tu hijo te invade la el peor de los sentimientos, le das un abrazo culposo que él siente de manera desconcertante. Nuestros hijos pueden no entender que pasa, pero sienten todo. Vas conduciendo a casa con una voz en la cabeza que te va hablando y poniendo imágenes en tu cabeza a la manera de una película donde tu hijo es humillado, comparado o minimizado. Estas imágenes catastróficas activan más tu culpa y te enjuician.
Llegas a casa después de todo el camino sintiéndote pésimo y criticándote por no ser una buena madre. Esto activa otra voz interna que se llama “Niña Herida”, esa voz son los fantasmas de experiencias traumáticas de tu pasado y que te da mucho miedo que tus hijos vivan. Por ejemplo, si fuiste una niña que se sintió rechaza y diferente a todos, esa experiencia puede llevarte a activar a tu Niña Herida llenándote de miedos y dolor. Llegas a tu casa y te vas deprimida a tu cuarto y dejas a tu hijo solo y no le das de comer, después de un rato de depre te das cuenta que no le has dado de comer y te pones peor, sientes pena por él porque crees que todos lo rechazaron y se burlaron de él y entonces intentas compensarlo permitiendo que vea toda la tarde tele o enojándote con él, contigo, y empiezas a mal castigarte a través de fumar, comer, enojarte, desordenarte, etc.
Este tipo de culpa es más común de lo que crees, la culpa toxica es un boleto de regreso a nuestra propia infancia
con experiencias que nos dolieron y que volvemos vivenciar con nuestros hijos. Es importante que observes que todo esto está en tu cabeza. Este miedo se activa nublándonos la vista y no permitiendo ver con objetividad la circunstancia. Tomamos una serie de decisiones desde aquí y no nos damos cuenta que son nuestros miedos actuando y no nuestra conciencia.
Circulo Culposo “Culpa Tóxica”
Cuando se Activa el Critico Verdugo en la culpa Tóxica
Autopersecución
No eres una buena madre, algo en ti no funciona
Es una película de tu infancia, activa a la niña herida
Descalifica todo lo bueno
Te pierde y te confunde
Sentimiento de desesperación, falta de confianza y enojo.
Decisiones sobredimensionadas
¿Cómo salir de la culpa tóxica?
1.-Hay que observar los miedos y dolores que se activan constantemente y trabajarlos con un psicoterapeuta, esto permitirá que pierdan energía y puedas ganar control sobre ellos.
2.-Observa y acepta tu sentimiento de culpa
3.-Has Auto-diálogo y observa con empatía y objetividad lo que pasa
4.-Haz un cambio de idea o de actitud más acorde con tu realidad.
5.-No juicio, Empatía y modificación de la conducta o creencia.
Círculo Virtuoso “Culpa Sana”
Activa al El Adulto en la Culpa Sana
Forma de Consciencia
Puedo equivocarme y aprender. He cometido un error
Flexibilidad
Está en el aquí y el ahora
Reconoce los logros
Te hace actuar con responsabilidad
Sentimiento de empatía, confianza y esperanza
TUS HIJOS SON UN APREDIZAJE DE VIDA Y TU ERES LA MAMÁ PERFECTA PARA ELLOS, ¡FUERA CULPAS!